Mémoires
Mémoires Oublieés. ELEPHANT IN THE BLACK BOX COMPANY |
Es irónico acudir a ver un espectáculo de danza que se denomina Mémoires y salir del teatro con sensación de nostalgia. No es nada malo... al contrario, se trata de uno de los sentimientos que más reconfortan. El artífice de todo esto se llama Jean-Philippe Dury y su proyecto, Elephant in the Black Box Company -una de las formaciones más interesantes que se han gestado en los últimos años en Madrid-.
Mémoires Oublieés y Cel Black Days, dos de las piezas clave de la compañía, fueron rescatadas el pasado jueves 21 de enero para una representación más bien íntima en el Instituto Francés de la capital, que en más de una ocasión ha visto pasar a la fomación por su recomendadísimo y completo programa de actividades.
Dury, formado en la escuela de la Ópera de París y posteriormente miembro del cuerpo de ballet de la compañía, decide trasladarse a España en 2007 para trabajar a las órdenes de Nacho Duato en la Compañía Nacional de Danza. Es también ahí donde desarrolla aún más perfil como creador por medio de su participación en el proyecto de Jóvenes Coreógrafos 2012. Esta faceta culmina en 2013 con Elephant in the Black Box Company, una formación que debe su nombre al ritual de acariciar el rostro de un elefante para despertar los sentidos artísticos que se realiza tradicionalmente en los teatros de Asia.
Con un estilo que respira influencias de Duato -de ahí el sentimiento de nostalgia- y del contemporáneo más académico, la compañía propone un viaje íntimo y emotivo por un imaginario muy personal al que merece la pena acercarse. Si bien en la primera pieza es posible captar todas estas referencias, Cel Black Days muestra claramente la evolución hacia un lenguaje propio -aún más evidente en producciones más recientes como Las cuatro estaciones de Victoria-.
Cabe destacar el hecho de que las propias condiciones del teatro no han hecho que esta última representación luciera tan bien como en otras ocasiones, donde el diseño de iluminación daba como resultado una producción impecable. Asimismo, se echa en falta una mayor sintonía en el cuerpo de baile, cuya diferencia entre bailarines más y menos experimentados era bastante evidente, especialmente en lo que se refiere a su forma de traspasar la técnica y transmitir.
Cabe destacar el hecho de que las propias condiciones del teatro no han hecho que esta última representación luciera tan bien como en otras ocasiones, donde el diseño de iluminación daba como resultado una producción impecable. Asimismo, se echa en falta una mayor sintonía en el cuerpo de baile, cuya diferencia entre bailarines más y menos experimentados era bastante evidente, especialmente en lo que se refiere a su forma de traspasar la técnica y transmitir.