Folclore avanzado
Kukai Dantza Konpainia. GORKA BRAVO |
Los que trabajan en el mundo de la publicidad y la comunicación en general tienen muy claro que los valores diferenciales de un producto, marca u organización son los que aportan una identidad y, por tanto, un futuro a ese proyecto. En el mundo de las artes escénicas no se suele hablar en términos tan específicos, pero la experiencia demuestra que solo los más válidos y audaces podrán conquistar al difícil y exigente público que cada vez abunda más en en el entorno de la danza.
No es la primera vez que se opta por utilizar la danza tradicional como inspiración en el proceso creativo de una coreografía. Los ballets románticos incluían mazurcas, polonesas y valses en su palacios de ensueño. El propio Petipa basaría también muchas de sus piezas en variantes como la jota y el flamenco en Don Quixote o la danza oriental en La Bayadère. Ya en la escena contemporánea se podría hablar también largo y tendido sobre el uso que hace Kylián de las danzas populares en obras como la recientemente vista en Madrid, Evening Songs, y en Europa en general no paran de surgir compañías que rescatan la infinidad de bailes tradicionales que hay en el contienente traducidos y planteados de forma acorde a las inquietudes contemporáneas.
Una de esas propuestas llega directamente desde el País Vasco de la mano de Kukai Dantza Konpainia, que durante este fin de semana ha presentado dos pases de su espectáculo en el Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial como parte de la programación del festival Madrid en Danza 2012. Expertos en los movimientos tradicionales vascos, "uno de los folclores más ricos que hay", según afirmaba en la presentación Ana Cabo, la Directora Artística del Festival, los bailarines de esta compañía llevan desde los seis años inmersos en el mundo de la danza, aunque su formación pasa por otras disciplinas tan importantes y necesarias como el ballet clásico y el contemporáneo.
Dos excelentes piezas, Latidos y Sorbatza, son la aportación que este colectivo ha hecho al festival madrileño, que ha inaugurado su XXVII edición esta semana. Una combinación entre la fuerza y perseverancia de la tradición vasca, el contemporáneo de técnica más rigurosa y una clara integración de los recursos audiovisuales se traducen en unas propuestas muy completas e interesantes que obligan al espectador a rogar por más.
Con un formato que recuerda mucho al de la compañía Les Slovaks, quienes también reinventan los movimientos de las danzas populares, aunque con una puesta en escena más sutil y rústica, Eneko Gil, Ibon Huarte, Alain Moya, Urko Mitxela y su director, Jon Maya, llevan a los teatros toda una exhibición de fuerza, dinamismo y desgaste físico llevado al límite.
Uno de los fragmentos de Latidos. KUKAI DANTZA |
Latidos es el claro ejemplo del esfuerzo que hace la compañía por integrar los elementos multimedia dentro de las obras, siempre partiendo de la premisa de que imagen, sonido y danza son factores imprescindibles e inseparables. Desarrollada junto a Logela Multimedia para el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid, se trata de una coreografía que explota el perfil más folclórico de los bailarines, en contraste con una puesta en escena eminentemente audiovisual y que pretende aproximar al público al mundo interior de los intérpretes, con pulsaciones que se aceleran a medida que avanza la obra y suspiros de cansancio constantes.
Sorbatza. KUKAI DANTZA |
Sorbatza, por otro lado, es una pieza llevada a cabo junto a La Intrusa Danza que presenta una mayor dificultad técnica, un peso más fuerte de la variante contemporánea y una estructura más agresiva en cuando a iluminación, movimiento y escenografía. Es una de las tres partes que conforman la obra Karrikan y combina fragmentos rápidos y coléricos con otros equilibrados, limpios y apacibles.
Al finalizar la actuación, bailarines y público mantuvieron un encuentro para charlar acerca de la obra. Había muchos niños en la sala -el del domingo era un encuentro para las familias- y no sorprendió que lo primero que preguntara uno de ellos era si provenían del ballet clásico. Y es que sus recurrentes entrechats y sus grand battements son propios de los bailarines más virtuosos de la escena actual.
Por supuesto, la danza está hecha para cualquiera que desee presenciarla, pero hay ciertos casos en el que la coreografía y las intenciones estilísticas de una pieza son mejor captadas por quienes han llegado a sentir ese "latido" o ese esfuerzo extremo. Ya se ha tratado este mismo tema en 33 Fouettés con anterioridad, pero es justamente uno de los aspectos que le dan valor a una creación, que el propio gremio se estremezca, y eso lo consigue a la perfección Kukai Dantza. Ese es precisamente su valor diferencial, un storytelling de sus vidas en torno a una rica tradición con el que lograr que muchos se sientan como si estuvieran frente a un espejo pidiendo conocer más.
0 comments :